Después de una semana aqui ayer empecé la universidad. Mi día fue un tanto extraño. Tuve que madrugar para ir a trabajar, aunque mi turno terminaba a media mañana. Por eso tuve tiempo para preparar todas las cosas que creía necesarias para asistir a clase.
Llegué a la facultad media hora antes porque salí con antelación de casa por si el metro se retrasaba o ocurría alguna avería. Me quedé fuera en las escaleras esperando a que fuesen las 15:30. Cuando llegó la hora me dirigí hacia mi clase. Era enorme, y ya había varias personas allí sentadas. Me senté al lado de una chica que parecía agradable. Le pregunté para asegurarme que si estaba en la clase correcta. Su respuesta fue una afirmación, y me preguntó qué si ayer había ido a la presentación del nuevo curso, ya que no le sonaba mi cara. En ese momento no sabía de que me estaba hablando, pero luego caí: al estar tan liada con el trabajo y la búsqueda de piso se me había olvidado completamente. La chica, María, me hizo un resumen de lo que les habían dicho. Poco a poco iba entrando más estudiantes, y notaba que ya se conocían, por lo que me sentí un poco fuera de lugar. Las clases empezaron. Ese día sólamente los profesores se limitaron a presentarse y a presentar su asignatura.
No me gustó demasiado la impresión que tuve el primer día de la universidad. Me sentí sola y diferente entre tanta gente, pero supongo que muchas personas estarán en mi misma situación. Soy una persona extrovertida, y jamás he tenido problemas en relacionarme con la gente, asique espero no empezar a tenerlos ahora.
¿Debería acercarme a los demás estudiantes, o esperar a que se acerquen ellos?
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